Un animal NO es el regalo perfecto para un niño

Hace unos días leí un artículo (aquí) de Pérez-Reverte con el que no puedo estar más de acuerdo. En el se refiere específicamente a no regalar perros por mucho que nos los pidan nuestros niños si sabemos que la entrada de un nuevo miembro en la familia no va a poder ser asimilada. Por favor, leéroslo, es muy recomendable.

 Aunque en el este artículo  el autor se centra en el caso de la adquisición de un perro,  creo que debería hacerse extensible a cualquier tipo de animal. Un animal, sea el que sea necesita unos cuidados que se traducen en tres cosas: tiempo, dedicación y responsabilidad. Puede parecer que cuidar de un animalito pequeño tipo hamster, cobaya o incluso periquito parezca un trabajo sencillo pero necesitan que su humano responsable sea justamente eso, responsable.

Los animales necesitan que los vigilen por si se hacen daño, que se les limpie a ellos mismos y a sus jaulas, que se le den los cuidados médicos que necesiten y por su puesto, pero no únicamente, su ración de mimos diarios. Frecuentemente no son el mejor regalo para un niño, sobre todo si son pequeños. Y con sinceridad, todo el mundo conoce a sus hijos y sabe perfectamente si van a ser capaces de ocuparse de ellos. Y si sabe que no, al menos debe tener claro que la responsabilidad caerá sobre sus propios hombros y debes estar preparado. 

No estar preparado para hacerlo es la señal inequívoca de que no debes regalar un animal.

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Juguetes para cobayas

El enriquecimiento del medio para animales en cautividad (tanto en mascotas caseras como en zoológicos) consiste en tomar medidas que impidan la caída en la apatía o depresión que suele venir asociada por vivir fuera de un ambiente natural.  Es una forma efectiva de reducir el estrés al proporcionar a los animales otras opciones comportamentales fuera de la monotonía. En el caso de las mascotas caseras suele ser suficiente con adquirir algún juguete, sacarlos a pasear o hacer variaciones en su dieta. 

Las cobayas no son animales juguetones, al menos no como se esperaría de un perro o un gato. Solo tienen 3 tipos de juguetes a los que harán caso y de los que disfrutarán plenamente:

Gordi: "No veo nada de nada con este peinado"

-   - Juguetes en los que se pueden meter dentro. Pueden ser casitas, cajas de cartón  o mantitas con pliegues. Cuanto más se pueda parecer a un túnel mejor. Disfrutan muchísimo entrando y saliendo sobre todo si tienen más de una puerta de entrada. No pararán de hacer ruiditos de excitación/curiosidad todo el rato. Vale cualquier caja, de pipetas de laboratorio (comprobado), cajas de pasta al estilo alemán (foto a la izquierda)…  

      - Juguetes que se comen. A través del estomago es la mejor forma de llegar al corazón de una cobayita. Los juguetes-comida deben de ser adecuados para ellas en lo nutricional, por ejemplo barritas de pienso para cobayas como aquí. También comida que no tengan a su disposición con frecuencia, como hierba gatera, distintas frutas,… Y sobre todo dárselo de una manera original. ¿Cómo? Por ejemplo, muchos días les doy su ración de pimiento obligándoles a salir de su casita y comérselo en mi regazo. Primero se lo enseño, incluso se lo dejo probar y después lo dejo sobre mis piernas. A veces tardan unos pocos minutos, pero en general salen corriendo dando grititos en cuanto lo ven. Cuando se lo terminan están tan activas que suelen salir a pasear un rato por la mantita.   

     -  Juguetes que se comen y en los que se pueden meter dentro. El sumun. Puede ser una casa de heno o alguna planta o maceta frondosa donde puedan meterse y ponerse a comer ocultas en la espesura. Realmente el sueño de cualquier roedor.  Gordi vivió una experiencia intensa con una planta de hierbabuena: se escondió entre sus ramas y después se las comió. 

Choco: "Estoy super-oculta... y está güeno"

     Cualquier otro tipo de juguetes probablemente serán ampliamente ignorados. Nosotros hemos tenido algunos y el mayor caso que le han hecho ha sido el necesario para quitarlos de en medio del camino. Lo contrario del éxito, vamos.

Podéis leer más sobre el tema en este otro post sobre juguetes de madera.

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Cobayas tomando el sol

Los días que toca limpieza de casita suelen ser los fines de semana, que es cuando tengo tiempo. Mientras limpio, Choco y Gordi tienen que salir, como es obvio. Como sabéis,  esto es algo que no les gusta mucho, sobre todo si se les obliga. Por eso las coloco sobre su mantita y las acerco a la ventana, para que les pueda dar el sol. Ahora por fin han empezado a disfrutarlo. ¡Y mucho! Aquí tenéis las pruebas.

Se quedan super repantingadas o se meten dentro de los pliegues de la manta a enredar.  Además, como están tan a gusto que cada vez que nos sentamos en el sillón se acercan e intentan subirsenos o acurrucarse a nuestro lado. Para que luego digan que son animalitos que no interactuan con sus dueños...

¡Espero que os guste!

:-)

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Choco: "Uy, pues no se está tan mal aquí, fuera de la casita." Gordi: " ¡Choco, recuerda que esto también es mío!"

"Seguro que salgo guapa, esta luz me favorece mucho"

"Ay, ¡que gustito! Me encantan los mimos al sol...."

Chocho: "Gordi, que pelos de loca me llevas...."

"He encontrado un huequito ideal para una siesta...."

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