Gordi fue la primera de las cobayas en llegar. Y estuvo un mes y medio sola en casa antes de que llegara Choco. ¿Por qué esperamos tanto, si ya hemos dicho que necesitan estar en compañía de sus congeneres para tener una vida feliz? Pues la razón es que cuando agarramos a Gordi de la tienda de animales, este dato no lo teníamos tan claro y creímos que con nosotros tendría suficiente. En apenas una semana nos dimos cuenta de que nos habíamos equivocado. Pero dado que Gordi tenía una infestación de ácaros no pudimos traer a otra cobaya hasta que lo hubiese superado, pues había gran riesgo de contagio. Venía de la tienda así, con una gran llaga en el costado y un principio de llaga en la oreja, que no habíamos visto por el pelo tan largo que se lo cubría. Al día siguiente ya en casa cuando fui a limpiar la jaulita y poner comida nueva lo vi. Un disgusto.... Al principio no sabíamos lo que era, si era grave o no y estabamos preocupados. NO os pongo una foto de la llaga por si sois sensibles. Por suerte eran ácaros y no hongos y con una tratamiento oral y curas cada 2-3 días se le paso en cosa de un mes.
Debido al episodio de los ácaros creemos que el caracter de Gordi se agrió un poco. Y os explico: creo que es la única cobaya a la que no le gusta que la agarren en brazos. Ni que le toquen la parte trasera del cuerpo. Si haces cualquiera de esas cosas se quejará amargamente exhibiendo toda su mala leche: saltando, haciendo ruiditos de malestar y dando patadas con las patas traseras. ¡Auténticas rabietas! Algún día cuando mi conexión a internet no sea una porquería os subiré un video. Quien nos habría dicho que un animal tan pequeño podría tener tanto carácter....
Sin embargo, esto no quiere decir que Gordi sea una ermitaña. Le gusta, y mucho (aunque intenta que no se le note) que la toquen detrás de las orejas y en el lomo, sobre todo por las mañanas y al poco de despertarse de sus siestas (ronronea como un motor de barco y suele acabar desperezandose e incluso bostezando, ya subiré un video) Y siempre, siempre si ve que tocamos a Choco (es muy muy envidiosa: una diva en toda regla).
Al principio, cuando Gordi estaba sola, vivía en una jaula grande de las de plástico, pero cuando trajimos a Choco las pasamos A LA VEZ (importante para que no se pongan demasiado territoriales y ataquen a la nueva) a su nueva casa, que ya conocéis (ver aquí).
En otro post os contaré su primer encuentro. Fue memorable, sobre todo dado que la reacción de las dos cobayitas no tuvo absolutamente nada que ver.
Aquí podeis ver una foto de Gordi comiendo pepino de mi mano. Fijaos en que ni siquiera saca en trasero de la casa, del miedo que tenía (y aquí ya se le había pasado el susto inicial que tenía al venir a vivir con nosotros).
¿A que está mona?
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