Cobayitas durmientes

Hemos estado muy ocupados en los últimos tiempo y no hemos tenido tiempo para nada que no sea trabajar: nada de mirar embobada a las cobayitas durante largos periodos de tiempo, ni anotar sus peculiares costumbres, ni hacer fotos nuevas y mucho menos escribir en su blog.  Hoy por fin he tenido un ratito para ellas un poco más largo y ellas se han portado bien: me han brindado sus mejores poses.

Hoy dedicaremos el post al sueño de las cobayas. Creo que ya he comentado en alguna ocasión que estos animalitos tienen el sueño muy ligero (tienen que estar atentas por si viene de repente el depredador) y no acostumbran a cerrar los ojos por el mismo motivo. Conforme se hacen mayores van ganando en confianza y van cerrando los ojos a la vez. 

Cuanto se tumban también varía a lo largo del tiempo. Los primeros meses en casa apenas se sentaban, apoyando el cuerpo sobre la base de madera o los almohadones y evitando tirarse sobre un lado. Con el paso de las semanas la postura se fue relajando y han acabado en posturas que hacían dudar de su salud, casi como si se hubieran caído del techo de la casita (os remito a las fotos de Gordi). Eso sí, siempre en alguna esquinita o en algún lugar que ellas consideren seguro.

Actualmente Choco y Gordi no parece que teman en absoluto que su sueño se vea perturbado: llegan a cerrar los ojitos completamente y se tiran tanto sobre un lado que a veces pienso que la próxima vez que las vea estarán tumbadas boca arriba.

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Choco de siesta en la mantita

Gordi supertirada en su esquinita.

"Estoy oculta en la mantita, nadie puede verme. Ahora a mimir!"

"¡Me ha descubierto! Pero es que estoy tan agustito..."